Porque mis ojos no te vieran y mi mente
En blanco su vida quieta mantuviera, decidiste
Alejarte en aquella mañana incierta.
En mi corazón, la grave herida de nuevo abierta.
En mi razón, un dulce sabor de ausencia. Pusiste
En mi vida un bello dolor de muerte.
Ah, sólo tú y yo sabremos lo que en la distancia
El tiempo jamás podrá borrar. Ese perfume que juntos
Construimos con tus profundas lágrimas
y mi eterna soledad.