Una mañana, desierta, soleada, hambrienta de voz.
Entre una escala y otra, me diste conversación.
Extrañamente, la única feliz sensación que recuerdo
Es que el sol de la mañana se había metido en vos.
Y una bella mirada me lanzaste para iluminarme.
Y una bella sonrisa me regalaste para prender mi alegría.
Y una bella presencia me llenaste para hacerme saber
Que después de tantos días, más bella eras aún.
De tantas cosas que una mañana de verano puede traer:
Amarillo redondo, azul extendido, blanco pasajero…
Tus hermosos ojos, tu pelo extendido, tu amor lisonjero,
BELLA MÌA, siempre serán lo mejor.
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