El gigante amaneció acostado en mi cama.
Durmió conmigo en la misma pijama.
Qué puede un pobre hombre oponer a
Semejante avasallador de personas.
El gigante no me deja dormir, ni comer.
Siempre está vigilando mi salida y mi entrada.
Qué puede un solitario hombre defender ante
Inquietante e insistente celador de mi historia.
El gigante ocupó por completo mi casa.
Me dejó sólo un jardín por estancia.
Qué puede un débil hombre poseer frente al
Dueño y señor de las ansías.
El gigante me cerró puertas y ventanas.
Instaló frente a mí su enorme muralla.
Qué puede un triste soñador conocer de
Tan apasionado y extremado fabricador de artimañas.
El gigante se ha apoderado de todo mi reino.
Ha creado en mi vida un sagrado misterio.
Qué puede un enamorado hombre como yo
Decirle al AMOR qué no se puede.