Eran las doce del día, nada más apropiado para
Señalar que esta vida de enamorado transcurre en vilo.
La conversación se mantiene al borde de dos
Abismos y el hombre que fui parece haberse quedado dormido.
En ese estrecho ámbito las palabras buscan su sentido
Y surge este otro ser que jamás soñar existiera. Entonces,
Me sumerjo en ti como un río que ignora su destino
Y el mar que eres me abraza igual si fuera un niño.
Y mi corazón en tu corazón se queda
Palpitando y despierto, amor mío.
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